Los hombres somos 99% hormonales
Siempre creí que los hombres controlábamos
cada centímetro de nuestro cuerpo. Hoy se que no es así; muchos de nosotros
somos presas de nuestras propias hormonas. Que continuamente nos provoca estrés
o infidelidad.
Antiguamente nosotros los hombres éramos
personas primitivas nuestro objetivo era perpetuidad de la especie. Por tal
motivo tomábamos a la mujer que queríamos y nos desligábamos de la crianza, hoy
en la actualidad esto resulta algo más complicado que en esos tiempos. Hoy
requerimos
no solo de atributos sino también de una estabilidad económica adecuada
para interesar a las personas del sexo opuesto.
Pero vamos al punto; los hombres seremos
infieles siempre y cuando tengamos la
oportunidad para serlo, mas creo a aun cuando ellas lo permitan.
Los hombres mentiremos, engañaremos, hasta
seremos más amables, violentos o delicados para lograr nuestra meta.
La mayoría de las veces los hombres no
hacemos el amor; lo que hacemos es tener sexo. Es por eso de la dificultad de que
el hombre tenga una relación estable y duradera. Los hombres pensamos en la
mayoría de veces con las hormonas. Son
pocos los hombres que piensan con el corazón o la cabeza.
Los hombres somos parte de la naturaleza y a
veces sale a resaltar nuestro lado primitivo de machos. Los hombres somos más
celosos por pensar que alguien pueda poseer algo que fue nuestro.
Deseo, dolor de cabeza, ganas de tener sexo,
somos volcanes apunto de erupcionar ya sea un sueño mojado, una relación
amorosa o con damas de compañía. Siempre será una necesesidad primaria otras
veces secundaria o tercera. Hasta que sea parte del recuerdo de nuestra
juventud.
Manipular al hombre es fácil solo basta saber
que nuestro talón de Aquiles son nuestras hormonas que tarde o temprano nos traicionara.
Como en el libro “El varón domado” el hombre
se sentirá feliz en complacer a una mujer. Querido varón es momento de saber
que nuestras hormonas nos pueden jugar una mala pasaba así es mejor estar con
alguien que amemos y estemos listo para perder las dos cabezas por ella.
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